miércoles, 13 de octubre de 2010

Un viaje surrealista... (Primera parte)

Viernes 8 de octubre.

16:30. Nuestro eterno guía espiritual y turístico chileno, Roro, llegó a buscarnos para emprender nuestra nueva aventura. Las mexicanas ya nos estaban esperando... Destino: Mendoza, Argentina (a 380km aprox. cruzando los Andes).

18:00. Salimos de Santiago tras el NOTABLE RETRASO ocasionado por una parada para comer un cuarto de libra con queso del McDonald's porque el susodicho guía espiritual también tiene que alimentarse ¬¬ . Por eso, y porque nadie nos alquilaba cadenas (menos mal, porque serían totalmente innecesarias).

19:30. Tras un tranquilo viaje por carretera, viendo cómo se hacía de noche cruzando los Andes, y sin jugar (sorprendentemente) a ningún juego de coche, empezamos a subir por una de las carreteras más surrealistas en las que he estado (ver foto posterior robada de Wikipedia). Eso sí, sacando la cabeza por la ventanilla para ver las estrellas. Acto seguido, llegamos a la zona de aduanas.



20:00. Tras rellenar algunos papeles, nos pusimos en una "fila" de coches que esperaban para pasar la aduana argentina. Yo, totalmente emocionada por volver a Argentina. Todos, comiendo Lays para amenizar la espera.

20:30. Empezamos a darnos cuenta de que nos encontramos en un acúmulo de coches sin sentido. Seguimos comiendo Lays. Los acúmulos de coches sin sentido no avanzan como las filas...

22:00. Interminable "arranca-avanza un metro-frena". Las Lays empiezan a generarnos repulsión. Dicha repulsión se remontará hasta el día de hoy, y no parece acabar.


Sábado 9 de octubre.

00:00. El acúmulo de coches sin sentido empieza a revolucionarse. Siguiendo a la masa, avanzamos... Hasta que un guardia argentino llega gritando y dice que nos va a "poner un parte"... ???... Empieza a montarse un follón de gente loca que se queja de otros que se cuelan. Rapunchy empieza a odiar a los revolucionarios conductores, y casi se baja para matar a varios de ellos (os lo juro por Condorito).

01:00. Finalmente parece que estamos en una auténtica fila. Sin embargo, la espera hace estragos en nuestra estabilidad psicológica: hacemos del coche una discoteca encendiendo y apagando repetidamente las lucecitas interiores, e incorporamos la linterna de nuestro cutre-móvil como foco principal. Triste, triste...

02:00. Llegamos a la aduana. El estricto control consitió en entregar unos cuántos papeles y contestar "sí" a la pregunta del aduanero argentino de "¿En las maletas llevan sólo ropa?". Podríamos haber llevado el maletero lleno de... fruta.
(en Argentina había una hora más, por lo que ya eran las 03:00).

05:00. Continuamos nuestro viaje. El objetivo principal: tener conversaciones interesantes para no dormirnos. Lo mejor: interrogatorios íntimos (Rapunchy se durmió, como acto de protesta ante tal solución).

06:00. Llegamos al hostal de Mendoza. El recepcionista se parece a Spok de joven. Llegamos a la habitación, donde ya estaban las mexicanas, que pretendían "esperarnos para cenar"... pobretas...

12:00. Nos levantamos para descubrir que las mexicanas ya se habían ido a hacer turismo. Intentamos llamarlas pero los móviles no funcionaban. Les mandamos sms pero no los recibían... Nos fuimos a comer, por eso de incluír en nuestra dieta algo más que las Lays de las últimas 13h...

14:00. Comimos exquisita pasta argentina. Seguíamos sin poder contactar con las mexicanas. Volvimos al hostal y ni rastro. Decidimos ir a tirarnos al enorme parque de la ciudad, el parque General San Martín.




18:00. Volvimos al hostal y, de nuevo, ni rastro de las mexicanas. El ser humano ya no es capa de vivir sin móvil, creedme. Les dejamos una nota guarra en la habitación y nos fuimos a dar una vuelta por el centro y merendar.




20:00. Las mexicanas no habían vuelto y habíamos puesto en la nota que nos encontráramos a las 20:00. Cambiamos la hora haciendo un borrón en la nota y nos fuimos al centro comercial de Mendoza, a ver lo bonitas que son las tiendas argentinas, realmente.



21:30. Volvimos al hostal. Las mexicanas SÍ ESTABAN. Nos habían dejado una nota en recepción que nadie nos dio. Maldito Spok.

22:30. Como los argentinos son muy majos, no guardan rencores históricos a los españoles... o al menos no lo parece, porque en Mendoza había una feria para celebrar la hispanidad! Había puestos de comida y actuaciones de baile. Paella, jamón y tortilla por doquier. Y allí, en Argentina, tres españoles, dos mexicanas y un chileno celebraron la hispanidad comiendo chorizos al jerez (que nunca habían probado antes, ninguno de ellos) y bebiendo sangría 2x1, por cortesía del stand de Murcia, que no se aclaraba bien con las cuentas... Rapunchy estaba contento porque había tres stands de Valencia, y un viejo hijo de valencianos habló con él en valenciano, flipando por conocer a un valenciano auténtico (nótese la repetición del término "valenciano", para que Rapunchy vea q no somos celosas... porque NO HABÍA STAND DE GALICIA).




23:30. Nos disponemos a ir a Chacras de Coria, un pueblecito cercano donde estaban todas las discotecas. Conducía Rapunchy, mientras a veces nos agachábamos para que los gendarmes no vieran que había uno más en el coche. Nos libramos por los pelos: pararon a los de delante y los de atrás :S.

(nótese que esto ya pertenece al domingo...)

00:00. Fuimos a la discoteca Alquimia, totalmente llena de adolescentes en celo. Bailamos y bailamos, hasta pudimos degustar una especie de "vino ehpumante con gah" llamado Frizzé. Incluso una de las mexicanas pudo "degustar auténtica carne argentina"... y sin reparos, el tío le dijo "yo duermo con vos". Sí, claro, con ella y los otros cinco que estábamos en la habitación... de eso ná.



05:00. Volvimos a casa, de nuevo librándonos por los pelos de los gendarmes (una suerte increíble, parece mentira), pero con una parada obligada en el McDonald's, cómo no. Esta vez no fue un cuarto de libra con queso, sino una Angus, hamburguesa que sólo hay en Argentina, y que como siempre, parece mucho más premium en las fotos que en la realidad. Roro fue el único que comió esta vez, bueno, cuando no tiraba todo por el coche cuando lo interrogábamos sobre sus técnicas de ligue: "obvio que hay que curarla (emborracharla)". Roro no era tan inocente como parecía...


Así transcurrieron los primeros días de un viaje, cuanto menos, extraño... Mañana, más.

2 comentarios:

  1. "Arranca, frena, claxon. Arranca, frena, claxon. Claxon, claxon, claxon."

    Rapi, espero que no te durmieses sino que te hicieses el dormido y que pronto me mandes una crónica de la conversación del coche... :P

    b.

    P.D. Me encanta la foto de esa carretera con "tan pocas" curvas.

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  2. como lo sabes Borxx, yo nunca me duermo, así consigo toda la información que luego comparto contigo para dominar el mundo!!! :)

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