Después de tanto turismo y excursiones varias, volvemos a hablar de nuestra rutinaria vida en Santiago, donde sólo vamos a clase, comemos y salimos de fiesta... qué cansado! ...
Os cuento brevemente las dos últimas fiestas a las que fuimos el miércoles y el jueves pasados.
El miércoles... sí, Miércoles Po. A que somos muy innovadores? Esta vez tocó "precopeo" en la ratonera de las mexicanas (con ellas, las brasileñas, Roro y otro amigo de él) y allí aprendimos a hacer "la reversa", que es una cosa poco complicada en el que le tienes que dar la vuelta al vaso (de ahí su nombre) y beber como una auténtica camionera. Es un buen método si quieres beber rápido y acabar tirada en una esquina (cosa que a mí no me pasó eh! por si pensábais...). Después de beber, no demasiado, fuimos al Miércoles Po que increíblemente era en un lugar diferente al que habíamos ido las otras veces. El lugar era aceptable pero, para variar, estaba lleno de guiris calentorros y calentorras por todas partes y aquello era el reino del arrimamiento de cebolleta.
Esa noche, conocimos además al amigo francés de Constant (el pelirrojo de clase de Rapunch) que se llamaba Florian (y que tb va en clase de Rap). El chico muy majete intentaba hablarnos pero no entendíamos una wea... porque no domina demasiado el español y el alcohol tb hacía estragos. La noche transcurrió muy entretenida observando a los guiris (yo, no sé...) borrachísimos hacer todo tipo de bailes extraños.
El jueves Roro nos invitó a beber en su casa antes de irnos de fiesta. A destacar: intentó hacer salsa de queso para unos nachos y le quedó rustisá (sabía como lamer una olla quemada...). Lo importante fue la intención. Después de beber una nueva bebida bautizada por moi: goldfish (pisco+canada dry); sabe genial, pena que ahí no haya pisco y ni siquiera sé si Canada Dry... :(; nos dirigimos a Eve, una discoteca un tanto cuica (pijilla) en la que sufrimos una gran odisea antes de entrar.
Para empezar, casi ni conseguimos las entradas porque cuando Roro iba a comprar la de los chicos le cerraron la ventanilla en la cara. Pobrete... tuvo que estar insistiendo aplastado por la muchedumbre hasta que se apiadaron de él y le pasaron unas entradas medio de contrabando. Pero cuando creíamos que con eso todo estaba solucionado nos encontramos en la puerta de la discoteca, aplastados todos nuevamente por un montón de gente loca, borracha o simplemente retarded que no paraba de empujar (entonces yo pude entender lo que fue el Loveparade...). Era todo un caos, la gente se caía, otros se pegaban y nosotros aplastados y escuchirrizaos entre toda esa gente... yo pensé morir. Después y casi ni sabemos cómo, pudimos entrar yendo por otro lado y enseñando unos tickets del suelo...
Conste que Noa llevaba tacones... no es que yo sea una champi (que lo soy, pero no tanto).
Cabe decir que el sitio era genial y que mereció la pena entrar (creo...). Ah! por cierto. allí dentro estaba Madrill, el James Bond chileno. Ñam, ñam... grrrrrr
un besin ;)
oh! perdón... me acabo de dar cuenta de que es una biblia lo que he escrito... pero no voy a cambiarlo :)
ResponderEliminarNah, Xi, tampoco es tan bíblia :P
ResponderEliminarTiene muy buena pinta el sitio, la verdad!
Este finde que viene vamos a inaugurar el piso de Víctor/Leo/Enrique... Se os echará de menos en el evento!
ohhh... no me digas eso! bueno, yo lo inauguraré cuando llegue... pero de otra forma. mohohohoho!!!
ResponderEliminarPasadlo bien y destrozadlo todo! jaja. Si eso... nos hacéis un skype todo juntitos :)