domingo, 2 de enero de 2011

Fiesta-pijama-del-último-finde-con-Roro-en-Chile

Hola a todos, después de tanto tiempo... Seguimos rememorando los últimos momentos en Chile, para aquellos que aún nos aguanten, y para que queden escritos para la posteridad. Allá vamos...

Sábado 11 de diciembre

Este finde no iba a ser uno cualquiera: era el último que íbamos a pasar con Roro en Chile. Por eso, había que hacer algo a la altura de las circunstancias. ¿Y qué mejor que una fiesta pijama, como en nuestros años mozos?

El sábado por la mañana, mientras Rapunchy daba un repaso a su último examen, Xi y yo seguimos preparando nuestro viaje al sur. Como no hacíamos más que preocuparnos, Rapunchy trajo a casa a Florian, su amigo francés, para que nos explicara qué era lo que él había hecho en su viaje. Nos contó cómo había sido la ruta de senderismo que él había hecho (y que nosotros, ingenuos, también nos propusimos hacer...). Una buena explicación, plagada de acento francés y algún que otro "merde, putain!" para hacernos reír.

Ruta que pensábamos hacer, exceptuando uno de los tramos, os enteraréis del desenlace...

Después de tanto estrés con los preparativos, Roro vino para salvarnos la vida, casi literalmente, trayéndonos comida, porque casi no teníamos. Pero no nos trajo unas pizzas o unos rollitos de primavera rancios, como cualquier persona normal haría, sino que fue al Food Market (el mítico supermercado ultra-cuico) y compró raviolis y canelones premium de colorines y con rellenos de pitiminí. Acabamos llenos como ceporros (o "Jennifer", como dirían en Chile con su buen gusto por los juegos de palabras...).

Después empezaron los preparativos para la fiesta pijama: alquiler de pelis en Blu Ray, compra de ingredientes para tortitas mexicanas, etc. Llegamos al "depa" de Roro y nos pusimos manos a la obra con la cena. Hicimos tantísima comida que sobró más de la mitad, y en lugar de recogerla y guardarla, la dejamos en la mesa por si alguien tenía hambre más tarde... (al día siguiente, el guacamole era totalmente negro, las tortillas estaban petrificadas y la carne no daba muy buen rollo...).

Pero el gran show empezó cuando quisimos organizar el sitio para dormir. En pocas palabras, lo que hicimos fue desmantelar el salón totalmente. Movimos todos los muebles, y en el espacio de enfrente de la tele pusimos el maxicolchón Rosen Box Spring de Roro, que pesa una tonelada, así como el somier, que no me preguntéis por qué, en Chile es también un colchón, no barras de madera como en España... Teníamos pues el equivalente a dos camas de matrimonio en medio de un salón...

Fase 1: Translado de los maxicolchones y adecentamiento de la susodicha falsa cama.

Fase 2: Instalación de los sistemas audiovisuales varios y visionado de obras de diversa índole.

Nos acomodamos y empezamos a ver pelis... La primera que cayó, para aligerar el terreno, fue "Grown ups" (o "Son como niños"), típica peli chorra que pensábamos ver para después poner una guay, como Donnie Darko o así... Resultado: Rapunchy se durmió después de los créditos iniciales, Roro tras la primera media hora, Xiana dormitó y yo tuve que hacer esfuerzos para acabarla. ¿Y la peli guay de después? Abortada, pero Xiana empezó a ver "Despicable me" ("Mi villano favorito"), ella sola como una loca mientras los demás dormíamos... Menuda fiesta pijama, ni nos pintamos las uñas, ni hablamos de chicos populares del instituto, ni jugamos a beso-verdad-consecuencia... Los años no pasan en balde, pero fue muy bonito.


Domingo 12 de diciembre

A la mañana siguiente, después de ver el asquillo que daba la comida del día anterior, fuimos a comprar el desayuno en una panadería-pastelería cercana. Poco después de desayunar, como ya era mediodía, Roro se tuvo que ir porque había quedado para una comida de hermanos celebrando su reciente egreso. ¿Y creéis que nosotros tuvimos la decencia de irnos a nuestra casa? Nada más lejos de la realidad: nos quedamos jugando al Grand Theft Auto en la XBox. Lo pasamos genial atropellando gente, peleándonos, conduciendo a lo loco... sobre todo Rapunchy, que no hacía más que matar al personaje que guiaba al protagonista en el juego ("Román ha muerto"), o llamar a una tía a ver si quería temita (Michelle-"Estaba durmiendo, llámame por la mañana")... Puto Rapunchy...

Cuando vino Roro, nos fuimos a la "París Parade", un desfile navideño patrocinado por los grandes almacenes París, una especie de El Corte Inglés chileno. Después de pasar un aplastamiento tremendo en el metro, un aplastamiento tremendo por la calle y un aplastamiento tremendo esperando que empezara el desfile, pudimos ver los muñecos hichables voladores del Viejito Pascuero, Bob Esponja, el dinosaurio Barney, Mr. Potato... vamos, un poco más "gringo" y hacen a Obama también... Nos fuimos antes de que acabara, porque el aplastamiento tremendo nos superó... Y luego aún tuvimos que hacer un buen tramo caminado hasta coger otro autobús atestado de gente.

En cierto momento, al irnos, vimos que había una especia de autobuses blindados del ejército, por ahí... Pensamos que serían simples dispositivos de vigilancia, pero al día siguiente, pudimos ver en los periódicos titulares del estilo de "400.000 personas ven morir a Bob Esponja"... Y es que resulta que, en cierto momento, la peña se empezó a volver loca y a atacar a los muñecos hinchables gigantes!!!!! Lo que yo os diga, el aplastamiento de 400.000 personas (o más, según otras fuentes) causa estragos psicológicos graves.

Paris Parade... hasta ahí todo bien, gringo, pero bien

Luego empezó la matanza...

Bob Esponja, descanse en paz (al menos murió con una sonrisa en los labios)

Después de enterarnos de la tragedia, tuvimos que hacer un esfuerzo y seguir con nuestras vidas, jajaja. Roro insitió en llevarnos a un restaurante que le gustaba, y por supuesto, nos convenció. Era un restaurante japonés de teppanyaki, estos que te sientas en torno a una plancha y el cocinero cocina delante tuya, haciendo malabarismos y tal. Fue una autética pasada. Además, compartimos mesa con unos businessmen catalanes! Quina casualitat, noi!

No nos busquéis en la imagen, son fotos ilustrativas del rollito Teppanyaki este.


Como una noche de fiesta pijama se nos había quedado corta, volvimos otra vez a dormir al desmantelado salón de Roro. Esta vez, la película de la noche fue Shutter Island: sólo Rapunchy y yo sobrevivimos. Viejos de mierda, coño.


Lunes 13 de diciembre

Rapunchy tenía ese día su último examen, el de la asignatura de los militares, así que volvimos a nuestro piso. Mientras el repasaba y se iba a hacer el examen, Xi y yo hacíamos la maleta. A la vuelta de Rapunchy (después de haber hecho el examen en diez minutos, el muy sobrao), fuimos a comprar unas últimas cosillas para el viaje al sur, y de paso a comernos un yogurcito helado riquísimo. Después de acabar las compras, ya con Roro, nos fuimos a cenar a un restaurante típico chileno llamado Liguria... nuestra última cena juntos!
La imagen corporativa del restaurante era una pasada

El restaurante también, claro

Xiana y Rapunchy cenando

Después, llegó el momento más emotivo de la noche... La entrega de regalos de despedida. Nosotros ya le habíamos dado a Roro el nuestro: un vídeo de nosotros haciendo el gilipollas en los lugares más emblemáticos de nuestro "Rorasmus", con cartelitos con los chistes internos y al ritmo de las canciones que más oímos en nuestra estancia. Y además, como colecciona zapatillas, unas Adidas Originals, para que quedáramos siempre como parte de su colección... Y él... el nos hizo a cada uno una caja personalizada, que incluía un álbum de fotos, una carta personal y un regalo material... ¿Y qué pasó? Acabamos todos llorando como magdalenas, todos.

Después, el trayecto en coche al aeropuerto: todos calladitos, mirando la noche santiaguesa por la ventana, al ritmo de nuestras canciones emotivas del Rorasmus: Chicago (Sfjan Stevens) y Fireflies (Owl City). Y en el aeropuerto, un tremendo abrazo conjunto, con Roro diciendo "Ya, po, niños" , "Ya, po, amigos"...

Nos despedimos de Roro. Volveríamos a Santiago, pero no sería lo mismo... A partir de ahí, empezaba nuestra aventura en el sur...