Hola otra vez a todos.
Ayer nos dimos cuenta de una agridulce realidad: somos GUIRIS.
Una vez conscientes de ello, no pudimos menos que intentar explorar nuestra nueva realidad. ¿Qué es un "guiri"? Si nos basásemos en la definición de la palabra que da nuestra querida RAE, podríamos pensar que somos o bien una planta, un carlista o un guardia civil (más detalles si visitáis la
definición de la RAE). Por eso, es más fiable en estos asuntos la Frikipedia, para la cual un "guiri" es el "nombre genérico con el que se denomina en España a los extranjeros y/o extraterrestres". Os recomiendo que profundicéis más en la
definición de la Frikipedia, no tiene desperdicio.
Lo primero es que admitamos públicamente que somos guiris, lo cual es duro. Pero queremos que sepáis qué se siente al ser un guiri de intercambio en Chile, ya que tiene dos partes muy diferentes...
Por un lado, en la universidad... Xiana y yo fuimos marcadas, cual judíos en el Tercer Reich, con una pulsera identificativa de que érmos estudiantes de intercambio. Era una pulsera rojo chillón de esas que no te puedes quitar. Al principio, nos gustaba el toque "fibero" que daba, pero la mierda pulsera inútil del todo nos acabo cansando...
Pero con o sin pulsera, seguimos siendo guiris... Guiris de los que se agrupan entre ellos en las clases, guiris con los que a la gente autóctona no les hace del todo gracia ir en los grupos de trabajo (sobre todo si parte de la nota se basa en hacer exámenes de actualidad chilena, caso de asignaturas cursadas tanto por Don Rafael como por las Señoritas Gallegas :S ), guiris que son víctimas de pequeños timos por los taxistas locales, o que no tienen ni idea de que un supermercado es pijo y acaban haciendo una maxicompra de 140€... Guiris que se apuntan a asignaturas deportivas como "Ajedrez" ("deportivas") y acaban jugando en el hall de un gimnasio con cuatro mesas mal puestas y contrincantes que no tienen ni idea y hasta confunden el juego con el sudoku. Esos guiris, como Rapi, que acaban siendo objeto de mofa por parte del resto (o los verdaderos) deportistas del lugar, y que no tienen otro remedio que llorar, de risa o de tristeza a partes iguales. Abajo, una recreación de Rapunchy en su nueva asignatura...
Sin embargo, para los guiris chilenos también hay abierto un gran abanico de posibilidades... Ayer fuimos a nuestra primera fiesta "Miércoles Po", que, como os anticipábamos en otra entrada, está dedicada a los estudiantes de intercambio de Santiago de Chile. Llegamos, y lo primero que nos encontramos, fue una especie de clase de salsa improvisada, en la que varias decenas de personas semiborrachas intentaban seguir, como buenamente podían, sensuales pasos de baile, que acababan convirtiéndose en intentos de no perder el equilibrio... ¡Menudos guiris! Pero nosotros éramos como ellos... teníamos dos opciones, unirnos al espectáculo... o escapar a la barra a pedir Pisco (la bebida alcohólica típica de aquí). Optamos por la segunda... no se puede pasar a ser guiri tan de golpe!
La noche continuó, y la clase de salsa dio paso a un gran repertorio de canciones que iban del hip hop al reggaeton, pasando por la música electro más makuki... Y allí estábamos los tres, entre todos los guiris, es más, siendo parte de ellos... :S Lo bueno de los guiris es que iban en manadas, pero nosotros éramos un pequeño trío de españoles perdidos... Presa fácil para los autóctonos y/o guiris más osados!
Empezó el acoso continuo de brasileiros, franceses de las ex-colonias del Caribe, chilenos aficionados al Barça, chilenos que iban a lo que iban, y una gran variedad de especímenes extraños que se aprovechaban de nuestra guiridad. Pero sin duda, se llevó la palma el que bautizamos posteriormente como "el ajedrecista". Parecía sacado de la mismísima clase de ajedrez de Rapunchy: nerd total. Dedicó un baile especial a Xiana, mostrando sus encantos cual pavo real. Ante semejante panorama, no pudimos menos que escapar (Xiana gritando de miedo, Rapunchy y yo llorando de risa). No sabíamos que un ajedrecista siempre contraataca: nos siguió! Agarró a Xiana del bolso y le dijo "tranquila, no te lo voy a robar". Creo que Xiana hubiera preferido eso a lo que venía después... El osado ajedrecista se quitó las gafas para seducir con sus irremediables encantos a la pequeña gallega! Los niveles de mal rollo y de lágrimas de risa llegaron a los más alto...
Y por si fuera poco, justo después tuvimos la oportunidad de conocer a un gran amigo-guiri de Rapunchy, Constant (Candant para los amigos, o mejor dicho, para los que se equivocan de nombre). Es francés. Es bajito. Es pelirrojo. Se emborracha. Baila como un makuki total. ¿Hace falta algo más para ser el alma de la fiesta? Esta vez, las lágrimas de risa salieron de los ojos de Xiana (yo estaba sin fuerzas por las carcajadas anteriores, y Rapunchy flipando un poco con su compañero...).
Y esa, a grandes rasgos, fue la noche. Esa noche en la que nos dimos cuenta de que somos auténticos guiris, y que no hay nada que lo vaya a remediar en los próximos cinco meses. Por mucho que nuestro idioma sea casi el mismo, seguiremos llorando y riendo, porque así es la vida del guiri!
PD: El "ajedrecista" amigo de Xiana nos siguió cuando estábamos saliendo de la discoteca. Xiana corrió como alma que lleva el diablo.